Editorial Abogados de Familia 108
¿A quién estorbamos y hacia dónde vamos?
A veces, tengo la ligera sensación de que estorbamos. Detecto un (sutil) movimiento tectónico que tiende a expulsarnos de la ecuación. Los ejemplos son muchos. El último, tal y como denuncia el CGAE en una recientísima nota, la no inclusión de la intervención preceptiva de abogado en el Proyecto de Ley por la que se reforma la legislación Civil y Procesal para el apoyo a las personas con discapacidad en el ejercicio de su capacidad jurídica
A veces, tengo la ligera sensación de que estorbamos. Detecto un (sutil) movimiento tectónico que tiende a expulsarnos de la ecuación. Los ejemplos son muchos. El último, tal y como denuncia el CGAE en una recientísima nota, la no inclusión de la intervención preceptiva de abogado en el Proyecto de Ley por la que se reforma la legislación Civil y Procesal para el apoyo a las personas con discapacidad en el ejercicio de su capacidad jurídica; salvo para algunos casos excepcionales como la remoción del tutor o el curador y la extinción de poderes preventivos, y la autorización o aprobación judicial de actos patrimoniales complejos en los que el juez ordene potestativamente su intervención.
A veces, empero, también pienso que somos nosotros mismos los que nos limitamos. Tenemos que reivindicar más abogacía de Familia. Por ejemplo, ¿no defendería mejor, o, por lo menos, igual de bien, el interés del menor en un proceso de divorcio un abogado de Familia que un fiscal?
De igual modo: ¿Qué impide que las mediaciones en un proceso de divorcio las hagan siempre abogados de Familia? Al mismo tiempo tenemos que reivindicar más derecho de Familia, más derecho; y actuar en consecuencia.
La confusión
En el anterior 'Rincón', nuestro querido Paco apuntó: “Se está confundiendo Derecho de Familia con Ciencias de la familia y, consecuencia de ello, en estos últimos tiempos y de forma acentuada hemos visto en los juzgados la presencia cada vez más numerosa de profesionales vinculados por su profesión a la familia pero no a las relaciones jurídicas de la misma. El Derecho de Familia es solo una de las ciencias de la familia, la de contenido jurídico, pero hay muchas otras en las que los juristas no tenemos nada que decir, como los otros profesionales no juristas no tienen nada que decir en relación al Derecho de Familia (Dad al Cesar lo que es del Cesar…)”.
Estoy totalmente de acuerdo. Más Derecho de Familia. Más Derecho.
Redefinirnos
Creo que los abogados de Familia tenemos que redefinirnos. Tengo una hermana que es médica de familia. La especialidad de los médicos de familia es saber mucho de lo suyo (medicina de familia) y bastante de lo de las demás especialidades médicas. Son los médicos que están en la primera trinchera. Los de confianza de la familia. Tienen un muy buen ojo clínico, mucha empatía, mano izquierda y habilidades psicológicas. Potencian la prevención más que la curación (que también). Y derivan a otros médicos especialistas en otras especialidades médicas los casos que escapan a su saber por no ser de su especialidad.
En fin, lo mismo que tendríamos que hacer nosotros. Tenemos que continuar sabiendo mucho Derecho de Familia (rupturas, menores, discapacidad, filiación, sucesiones, violencia, etcétera) pero creo que tenemos que aprender más derecho mercantil, laboral y de la Seguridad Social, fiscal, de los seguros, internacional, etcétera. Ser más proactivos y potenciar la prevención, la previsión. Convertirnos en los abogados de confianza de la familia; desde antes del nacimiento hasta después de la muerte. Y hacer de todo; porque todo es derecho que afecta a aquella familia que confía en nosotros.
Porque, ¿qué pasará si un día a alguien se le ocurre decidir que las cuestiones relativas a los menores se resolverán sin la intervención de un abogado porque con el Ministerio Fiscal, los equipos psicosociales y las tablas orientadoras para determinar las pensiones alimenticias del CGPJ ya hay suficiente? ¿O qué pasará si se decide que lo tiene que resolver una entidad administrativa? ¿A cuántos de nosotros, que básicamente nos dedicamos a estas cuestiones, se nos apagaría la luz?
Perdónenme el atrevimiento a modo de reflexión. Buenas noches y buena suerte.