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[Editorial nº120] ¡Treinta años ya! No toca ser técnico ni jurista, sino recordar y añorar

  • 15/05/2023

José Luis Cembrano | Vocal de la AEAFA

Número completo Revista nº120 para asociados


Sois el polvo de oro que se funden en el lingote que nos consolida como asociación, y os agradezco cada palabra de aliento o de reconocimiento y que han sido más de las que me merezco

Este año se cumple el 30 aniversario de la fundación de la AEAFA en 1993, que nació con aspiración de ámbito nacional y, aunque inicialmente las aspiraciones y los asociados eran de las ciudades más pobladas, supuestamente en las que los procedimientos de familia tenían más incidencia, ya en mayo de 1996 la Junta decide dar impulso para acoger en su representación el mayor número posible de comunidades del territorio nacional. Fue un hito importante, y desde entonces hemos extendido nuestros principales objetivos. Si le preguntamos al “Chat GTP” nos responde que nuestros objetivos son, la formación y especialización en esta vertiente de nuestro derecho civil.

Hemos superando puntuales dificultades de tiempos pretéritos, y nos hemos quedado sin entrañables compañeros y notables juristas, que pusieron la primera piedra y dejaron una huella que nos ha marcado la ruta a seguir. No voy a hacer obituario, porque con tanto tiempo en la AEAFA sería tirar piedras contra mi propio equilibrio emocional; sufrimos su gran vacío.

La AEAFA nace en 1993 y, salvo error mío, en el año 1994 celebra su primer Encuentro con la publicación de sus conclusiones; apoyados por Dickinson. Y así ha venido sucediendo todos los años hasta el presente, con la colaboración de distintos medios externos que han creído en nosotros y a los que siempre estaremos agradecidos.

En 1996 se convoca el primer premio de “artículos jurídicos” que luego pasará a llamarse “Premio José Corrales”. Pedimos a los asociados contenido para la Revista “Abogados de Familia” que editamos en papel, y es el único instrumento para transmitir nuestra información, incluidas referencias externas. Es una revista especializada en derecho de familia para los asociados y la distribuye La Ley; quizá la primera en esta materia. Actualmente la REVISTA es una obra maestra de la mano de mis queridos Javier y Lola; es nuestra hermana y complemento natural, lleno de vida que rebasa entusiasmo y calidad en cada número.

El 11/05/1999 conseguimos el apoyo del CENDOJ, recién creado en 1997 y lo otorga por su parte D. Francesc de Paula Badía, Vocal del CGPJ. En el propio convenio de colaboración nos explica que reciben las sentencias de los distintos órganos en soporte electrónico o papel y las archivan en papel, CD y formato TIFF; y desde 1999 lo hacen en formato TXT. En la práctica siguieron enviando los ficheros en formato TIFF hasta el año 2002, con lo que para nosotros era complicado su manejo; porque se necesitaban conversores de formato imagen a texto, y porque las búsquedas eran casi imposibles. Además, eran exclusivamente sentencias de Audiencias y Tribunal Supremo en ficheros individuales, pero no mandaban Autos y en ningún caso incluían reseña, memorando o nota explicativa de su contenido. Se identificaban por un numero que coincidía con número de CENDOJ, muy útil para localizar el archivo una vez sabes de qué trata. Solo a partir de 2003 empezaron a enviar los ficheros en formato TXT, con lo que poder encontrar algo solo era posible con el Windows Search del sistema previo indexa las carpetas por Audiencias Provinciales.

Antes de la Inteligencia Artificial

Era muy complicado manejar tanta información y más sacar algo en limpio. La mayor parte de las fichas no tenían ningún interés (archivos, acuerdos, medidas básicas, etc.). Como la necesidad aprieta localicé un programa que era conversor de TXT a RTF y con un informático conseguí que me hiciera un importador. De ese modo al menos pude acumular las fichas e indexarlos por campos predefinidos y manejables en una base de datos. A partir de ahí con operadores booleanos la pude agilizar y localizar contenido de interés. Y en abril de 2022 el CENDOJ cancela el contrato, por lo que ahora implementar el valor añadido consiste en dedicar tiempo para leer la resolución y ordenar su contenido y si es posible relacionarlo con otros supuestos para que cada cual concluya.

En lo que es el canuto o instrumento de conexión, poco después de crearse la AEAFA instalé en mi despacho una ADSL con cargo a la asociación y a través de un listado de correos electrónicos enviaba a los asociados fichas con sentencias que consideraba podían ser de su interés. En esos momentos descubrí que los abogados y las nuevas tecnologías no se llevaban bien, y me quedó claro el motivo por el que el Fax, que solo tenía un botón de recepción y otro de envío, había triunfado. Como tampoco consideraban, y eso sigue siendo bastante frecuente, la utilidad de disponer de un antivirus tuve ocasión de sufrir rebotes diarios con toda clase de virus. Mi “Panda” funcionó como un escudo eficaz.

Por lo que se refiere a la web, en una ocasión intente sin éxito pergeñar con un programa con Lotus Smart Suite (Lotus FastSite) una web, y obviamente fue un total fracaso dados mis nulos conocimientos al respecto. Y es el 1 de enero de 2000 cuando la AEAFA en un esfuerzo firma un contrato con SpainTelecom para el mantenimiento de su dominio y una web básica. La cosa funcionaba de tal modo que, yo enviaba una ficha al correo soporte@stnet.es y ellos la colgaban cuando podrían, aunque en el contrato figuraba un máximo de 72 horas. No era una web “autogestionable” por lo que era complicado que las cosas llegaran como Dios manda. En estos momentos para muchos abogados un vínculo o link solo eran unas letras en azul y subrayadas.

Avance

En el año 2003 damos un salto cualitativo con Sudespacho y Mnprogram, un grupo gallego de gente muy joven y muy activa a través el cual nos preparan una web auto gestionable, o sea un “portal” que era de origen (me dijeron) austríaco. Hicimos pruebas de diseño, con mi consabida pelea de siempre, con los informáticos, para que antepusieran la accesibilidad visual con tonos y colores de contraste, y que la tinta tuviera el grano y calibre suficientes para que los colegas con presbicia (aún no era mi caso) pudieran estar cómodos Era “autogestionable”, a tal nivel que me ocupaba de colgar las cuentas, convocatorias de elecciones, de pergeñar las tarjetas de Navidad (momento entrañable, de especial de pálpito y responsabilidad), y no faltaba la problemática de qué hacer con quienes los pedían ayuda conscientes de la importancia de nuestra difusión.

En este camino me acompañó, con el carácter, sabiduría y buen hacer que le empapa el Magistrado Exmo D. Javier Pérez Olleros. Aún hoy sigue ilustrándonos al más alto nivel.

Y llegando a hoy la cosa ya tiene otro nivel. Sobre tan pobres rescoldos pero inmensa ilusión, se ha edificado una maquinaria que funciona con calidad y colma las exigencias de los asociados en todas las vertientes. La actual página ofrece unas posibilidades que ni soñábamos. Aún conservo en ella un rinconcito desde el que intento sorprender gracias a la ayuda de compañeros que tienen esa deferencia. A los asociados les digo: sois el polvo de oro que se funden en el lingote que nos consolida como asociación, y os agradezco cada palabra de aliento o de reconocimiento y que han sido más de las que me merezco. Y a mis compañeros de Junta os digo: un honor haber podido cabalgar con vosotros, por vuestra calidad humana, energía y empuje; y a Miguel Manso como cemento que nos une y el buen hacer de un Castellano Isleño. En 1993 yo tenía 43 y ahora tengo 73 años; lejos, pero como ayer, quedan los tiempos en los que un grupo de compañeros acudíamos hasta el ICAM cada quincena para repartirnos un tocho de sentencias que nos había facilitado Eduardo Hijas para, previo cribado, hacer resúmenes y fichas, intercambiarlas y por fin dejar copias en el colegio por si algún compañero deseaba consultarlas. Hemos pasado el COVID, lo hemos sufrido, pero “al mal tiempo buena cara” y eso nos lo habéis agradecido. Treinta años ya!!!…