Curso de Alta Especialización: "La inversión de tiempo y dinero ha merecido la pena"
Contactos, estrategias para negociar y una formación sólida y práctica. Con estas herramientas en la mochila, los de alumnos de la tercera hornada del Curso de Alta Especialización en Derecho de Familia dijeron “hasta luego” a los compañeros y profesores el pasado viernes 16 de junio.
Las clases han concluido. Después de cinco meses de esfuerzos, renuncias y sesiones los viernes por la tarde y los sábados por la mañana, las caras de satisfacción eran más que evidentes. Las expectativas de todos ellos se habían cumplido y, según sus propias palabras, ahora se sienten mejores abogados.
“Solo puedo deciros que este curso es Derecho en mayúsculas”, manifestaba Angélica Domínguez, de Gijón, en referencia a los estudios que organizan la Escuela de Práctica Jurídica de la Universidad Complutense y la AEAFA. “La inversión de dinero y tiempo ha merecido la pena”, corroboraba Eugenia Nuria Casares, de Santander. “Todas las ponencias han sido excelentes y los profesores han venido a enseñar lo que saben, no a demostrar cuánto saben”, apuntaba Elena Díaz Sánchez, de Tenerife. “Lo que he aprendido lo he podido aplicar desde el minuto uno”, apostillaba su homónima Elena Díaz Liñán, de Málaga. “De los cursos que he hecho en mi vida, es del que más contento salgo”, coincidían Fernando Molina e Isabel Farré, de Madrid.
La clausura del curso no fue un mero trámite. Además de tener la oportunidad de conocerse en persona, puesto que muchos han seguido las clases vía online, dispusieron de casi dos horas para formular dudas. Para responder a las cuestiones, en la mesa presidencial de la Escuela de Práctica Jurídica de la Universidad Complutense se encontraban las codirectoras del curso, Carmen López-Rendo y Matilde Cuena; la coordinadora, María Márquez González; y la presidenta, la vicepresidenta y la exvicepresidenta de la AEAFA, María Dolores Lozano, María Pérez Galván y María Dolores Azaustre, respectivamente.
Intervención del magistrado del Supremo Vicente Magro
Tras este foro de debate comenzó la ponencia del magistrado de la Sala Segunda del Tribunal Supremo, Vicente Magro Servet. En su exposición abordó la violencia económica en las relaciones de pareja o expareja. Entre otros aspectos, Vicente Magro profundizó en la sentencia TS 346/2020, del 25 de junio, donde se fija hasta cuándo se pueden reclamar las pensiones impagadas: “El periodo objeto de enjuiciamiento debe comprender hasta el momento procesal del acto del juicio oral. No se produce ningún menoscabo a la defensa del acusado por el hecho de que todos los impagos ocurridos hasta ese momento se incorporen a la pretensión acusatoria planteada tras la práctica de las pruebas en el juicio oral”.
Otra sentencia sobre la que Vicente Magro prestó una especial atención fue la STS 348/2020, de 25 de junio de 2020, referida al impago de las cuotas hipotecarias y sus repercusiones penales. “No pagar la cuota del préstamo hipotecario es dañar a los que residen en el inmueble porque acabará ejecutándose y lanzando a los que residen en él”, dijo.
“Las cuotas hipotecarias constituyen una prestación económica a cargo de ambos progenitores, con independencia de su naturaleza como carga del matrimonio o como deuda de la sociedad de gananciales. Por tanto, como tal integra el elemento del tipo exigido por el artículo 227.1 del Código Penal. Las cuantías adeudadas por este concepto integran el daño procedente del delito que ha de ser reparado conforme a lo dispuesto en el apartado 3 del mismo precepto”, adujo.
Diplomas
Tras la ponencia de Vicente Magro, se procedió a la entrega de los diplomas. La directora del curso y Tesorera de la AEAFA, Carmen López-Rendo, agradeció al profesorado el esfuerzo por trasladar sus experiencias y conocimientos durante las clases que han tenido lugar todos los viernes por la tarde y sábados por la mañana. Precisamente, el nivel del profesorado ha sido uno de los aspectos que más han destacado las personas que han asistido a este Curso de Alta Especialización.
Por su parte, Matilde Cuena puso en valor la formación constante del abogado y el papel que desarrollan estos profesionales. “La Abogacía de Familia es la responsable de la mejorara del ordenamiento jurídico", incidió.
“Se han cumplido mis expectativas con creces”
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Eugenia Nuria Casares del Corral. Abogada. Santander. “Llevo 22 años ejerciendo y buscaba un curso que me permitiera conocer el Derecho de una manera transversal. Mi objetivo era profundizar en algunas materias, como la concursal o la fiscal, para negociar de una forma más inteligente. Los ponentes han sido eminentemente prácticos y colaboradores con nosotros. Aunque ha supuesto un gran esfuerzo estudiar los viernes por la tarde y los sábados por la mañana, la inversión de dinero y tiempo ha merecido la pena”.
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Angélica Domínguez Abad. Abogada. Gijón. “Solo puedo deciros que este curso es Derecho en mayúsculas. Los profesores nos han hecho ver que, hasta determinadas áreas complejas, como Internacional, son accesibles. Me han dado herramientas para ayudar a mis clientes. Creo que ahora soy mejor profesional”.
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Elena Díaz Sánchez. Tenerife. “Se han cumplido mis expectativas con creces. La parte procesal es la que más me ha gustado. Todas las ponencias han sido excelentes y los profesores han venido a enseñar lo que saben y no a demostrar cuánto saben. Han impartido las clases de una manera práctica y ágil”.
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Elena Díaz Liñán. Málaga. “Me apunté un poco sin saber si el curso tendría la profundidad que yo buscaba y no me ha defraudado. Lo que he aprendido lo he podido aplicar desde el minuto uno en mi día a día porque en las clases se explica muchísima casuística, estrategia y claves para negociar con los compañeros. Además, los compañeros de curso hemos creado una red de contactos para compartir ideas y ayudarnos”.
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Fernando Molina. Madrid. “He ejercido en Penal y Extranjería. Ésta era mi primera experiencia en Familia. El curso es increíble porque hay más ramas relacionadas con el Derecho de Familia de lo que yo me imaginaba. De los cursos que he hecho en mi vida, es del que más contento salgo. Cada vez que terminaba una clase, me iba a casa con muchas ganas de estudiar”.